Ver en YouTube |
Así son como dos religiones encontradas,
en la que una tiene la razón evidente de su suprematismo moral; mientras la
otra, aferrada al pragmatismo de la experiencia y los datos concretos, no puede
respaldarlos igualmente. El problema es dialéctico, en tanto el argumento moral
no responde a resultados prácticos o inmediatos; sino precisamente a una visión
sublimada de la realidad, auto justificada en ese suprematismo propio.
Por eso, la tradición conservadora no tiene en cuenta su la obsolencia de sus principios, que no son universales; como sí lo son los de la tradición liberal, aunque eso también signifique que son irreales en esa sublimidad. La confrontación de esta sublimidad con hechos o datos concretos, como una racionalidad, es absurda; porque es como la postulación de una existencia de Dios contra la de una inexistencia de Dios, algo incomprensible para la otra parte.
Kindle |
El conservadurismo negro sólo puede
sobreponerse a esto apelando a su marginalidad, no al suprematismo; porque es
en esto que puede rebasar el dogmatismo liberal, pero no con el conservador,
sino con su pragmatismo. De ese modo, el conservadurismo negro —como el de
cualquier minoría— deviene en un liberalismo funcional; en tanto no dependiendo
de la moral, no responde a la contradicción liberal, que es de suyo incontestable.
Hay que tener en cuenta que, en
definitiva, esta contradicción proviene del maniqueísmo de la moral cristiana;
que determinando incluso la comprensión posterior de la dialéctica como
principio, hace insoluble toda contradicción. Por eso, la única solución es la
que no responde a la contradicción, sino que apela a la naturaleza propia de
sus problemas; en este caso —del conservadurismo negro— al pragmatismo de sus
problemas reales e inmediatos —no abstractos—.
Kindle |
Por supuesto, en tanto histórica,
esa contradicción es mucho más dúctil y compleja, pero sirve como referente; y
en esta referencia, es ese suprematismo moral de Du Bois el que fracasa, ante
la realidad de su manipulación política. Eso, no obstante, no sienta al negro norteamericano
en el triunfalismo conservador de sus resultados concretos; porque eso no
alcanza a negar la realidad —también palpable— de la injusticia social y
política de la que es víctima.
Sin embargo, sí le ofrece al negro
—en tanto individuo— una referencia concreta, sobre la que puede desarrollarse;
sentando siempre un nuevo set de hechos concretos, en su desarrollo existencial,
como su propia realidad. Es así que, ante el conservadurismo funcional de la
tradición liberal, la conservadora funcionaría como su complemento; ofreciendo
el espacio de desarrollo necesario —en tanto individual— para ello, con sus
propios referentes en esos hechos concretos.
No comments:
Post a Comment