Friday, February 16, 2024

Otra vez, José Martí y la tricotomía del negro en Cuba

Martín Morúa Delgado es el opuesto al trascendentalismo cubano, pero en ello mismo una figura contradictora; lo que le hace tan idealista como ese trascendentalismo, al relacionarse con este en la contradicción. Juan Gualberto Gómez tiene en cambio la capacidad mediadora que falta a Morúa, participando de ese idealismo; al que incorpora el pragmatismo de su negritud, semejante al de Morúa pero con la flexibilidad de que carece este.

Tan paradójico desarrollo se debe a su paradójica circunstancia, participando de ambas naturalezas; de la negra, que le impide la extrema sublimación de Martí con la realidad de su origen, en la esclavitud pero libre; y de esa misma sublimación martiana, tanto por formación como por su exposición al republicanismo francés. Gómez y Martí comparten la sublimación trascendental, pero Gómez la modera como no lo hace Martí; porque sus propias referencias son existenciales y no intelectuales como en el otro, que se acompaña de arquetipos en vez de realidades.

A Martí lo acompañan los ángeles que lo apadrinan, en la amistad y el mentorado de Mendive y Valdés Domínguez; pero ambos le aportan esa sublimación, sobreponiéndolo a su propia realidad, haciéndolo puramente idealista. Contrariamente, la formación de Gómez es costosa, desde los padres esclavos que le compran la libertad; y no sólo la compran, sino que se mantienen en una vigilancia activa, que no le permite cortar el vínculo.

De este modo, cuando el padrinazgo de los dueños de sus padres llueve sobre él, todavía lo hace a través de ellos; mientras el caso de Martí es opuesto, nacido libre de padres libres, disolviendo su pobreza en ese patronato. No debe olvidarse eso, la referencia liberal de Gómez es la tercera república francesa, álgida y filosófica, no ideológica; mientras que la de Martí, condicionada por el absolutismo restauracionista, semeja al posthegelianismo alemán.

De todo eso, puede ser la negritud el elemento más interesante de Gómez, dándole ese carácter existencial; por el que puede proyectarse en el mismo trascendentalismo del otro, pero moderarlo en una mayor eficacia política. De ahí que el pragmatismo de Gómez, siendo menor que el de Morúa sea más eficaz también, por esa flexibilidad; que no le permitirá tampoco el absurdo martiano de que el cubano sea más que negro o blanco; porque su comprensión no es empática sino existencial, partiendo de su propia experiencia, no su ideología.

Por eso, Gómez no encuentra su referente para un pragmatismo político en Morúa Delgado, que lo rechaza; sino en el controversial acomodo de Booker T. Washington en Estados Unidos, con quien intercambia correspondencia e intereses. Gómez encarga su mayor interés —que es su hijo— a Washington, como una vía para el asociacionismo negro; que se frustrará sólo por la algidez de los contrarios —que son Morúa y los Independientes— en Cuba, ignorando su flexibilidad.

No hay dudas de que esto hace de Juan Gualberto Gómez la figura más interesante de la historia cubana; en el sentido de que puede corregir el centro fundacional de la misma, desplazando la centralidad de Martí. Esta importancia en principio sería propia de Morúa Delgado, pero sólo por esa oposición directa al trascendentalismo; que sin embargo no sería suficiente para sostener una realidad, sino sólo para fundarla, no darle la consistencia.

Eso es lo que hace Gómez, corrigiendo incluso el defecto de Morúa, que es todavía negro por default; es decir, en el sentido del aporte efectivo de lo negro a la cultura cubana, sino sólo de justicia política. En este sentido, la justicia que aportaría Gómez es antropológica, acorde a la naturaleza propia de la sociedad; no social, como la pretendían los Independientes de color, ni política, como buscaba el pragmatismo de Morúa; sino exactamente antropológica, corrigiendo la cosmología cubana como occidental, en la centralidad del negro.


Friday, February 2, 2024

Was it this Sekere that own slaves later called the itsekiri people?

“Ajele” was how old Yorubas called a rule that compels Host kingdoms to accommodate slaves or immigrants, who are willing to work for the kingdom, to assimilate and become protected members of a clan in the kingdom. Under this context came a group of people who wouldn't assimilate, due to huge cultural differences, and didn't want to settle as a third-class citizen; in return they worked for safe passage or piece of land on the outskirts, to settle. Thats how the Yorubas came up with the word “oni Ise kiri" for the group, which later became a clan of Yoruboids, living on the southward outskirts of Yoruba settlements.

                                                                                                                                                                                                 Idris Ishaq

To buy a Black person in Cuba

Buy or sell persons may sounds crazy today, but not in the perspective of postmodern capitalism; because Black people are even cheaper now than ever, in that sense of intellectualism, as the capital of new slavery. The difference is in the nature of capital, not in its transactional power, but in the ability to buy or sell; and that’s what has changed, from those times of classical slavery to this of ideologies and intellectualism.

In this sense, people even become slave to pay political debts, like that legitimacy of liberalism; which bought its capital over the Black people, fighting their rights over themselves to the old slave owners. This is what explains the dissolving of a movement like that of the Niagara, to favor the whiteness of NAACP; and worse still in places like Cuba, where people are so depauperate that only have its representation for the class in power.

In a way, that’ the same situation of Black people in United States, but without the political complexity; because there’s not such thing as political complexity in Cuba, but a general state of poverty for the whole country; in which Black people lacks special resources to alleviate its burden, due their political dependence. This is what makes Black people so cheap to buy, as long as they are intellectually dependable; since this is how they can return some profit to their buyers, as political legitimacy of their liberalism.

Of course, the buyers are intellectuals and universities, like the corporations of postmodern capitalism; in that form of ideological strength, which needs task forces for their political transactions. The market is so alive and ferocious, that Black Cubans even organizes to the sell themselves; forming a kind of cabildos —like the Aponte Society— to expose their own virtues to the American bidders.

At a times it’s scandalous, because they proudly bear the name of maroons, just to secure a selling; since that tag is going to strengthen ideological legitimacy, which is what that capital is about. That means they will not do that to raise their prices, in what would be a legitimate market strategy; but just to secure the selling, which is what they so desperately need, in order to secure the transaction.

That of course makes them a kind of beggars, although disguised as proud maroons and Africanists; but nobody can talk about that, because those knowledge corporations dominate the market. Let’s be clear, the price is as low as an invitation from a university, even without a decent stay in a hotel; just a few coins to buy trinkets, and the stay in the house of the host, to easy the transaction to the buyer.

Some of them manage to get better agreements, like a scholarship including money for lodging; but that’s the exception and not the rule, as they try to save that money, to makes their lives better in Cuba. It’s hard to criticize them, because they are just trying to survive as slaves in intellectual plantations; but it’s amazing how far can go the hypocrisy of politics, making their profits with their poor lives.

Of course, they may choose to leave that way of life and live the normal lives of normal people; but they are cheap for a reason, and they know that outside Cuba they’ll need to work for more substantial transactions. At the end, Unite States is full of Black people with real problems, and that’s some hard competence; while in Cuba they can rely in their criticism of Capitalism, not matter their poverty, so shameful as its voluntary.